Panorama político bonaerense: Berni, razones y operaciones
Por Andrés Lavaselli
Una serie de versiones impulsadas desde el interior del Frente de Todos volvieron a poner en el centro de la discusión una figura controversial desde el inicio del mandato de Axel Kicillof: la de su ministro de Seguridad, Sergio Berni. Por hora, el gobernador le renovó el voto de confianza, aunque en el gabinete ya se barajan cuáles podrían ser las coordenadas políticas de su salida.
Como se contó acá, fue el tramo del discurso de Cristina Fernández le dedicó en un acto masivo en La Plata, a la seguridad, y una reunión posterior con ella en la que algunos intendentes lo cuestionaron, lo que dio el marco para una nueva embestida contra el Ministro, que esta vez llegó lejos: tanto se insistió mediáticamente en su salida del Gabinete que el propio Berni tuvo que referirse en público al tema.
Dijo varias cosas. 1) Que fue blanco de una operación de prensa, por la investigación de la periodista Josefina López Mackenzie que reveló que posee 16 propiedades, una de ellas valuada en USD 1,5 millones. Aunque declaradas, no se conocían públicamente y obligan a poner la lupa en cómo fue que logró adquirirlas. 2) Que necesita de “un compromiso de todos los actores” para combatir la inseguridad, un claro tiro por elevación a los intendentes del PJ que quieren correrlo hace rato de su puesto.
Pero pese a esas embestidas, el Gobernador sigue sosteniéndolo en su puesto. En su entorno hacen una lectura fina del discurso del Cristina Fernández y resaltan que cuando habló de episodios de violencia institucional de la policía bonaerense se refirió a la Masacre de Monte, ocurrida durante el gobierno de María Eugenia Vidal cuando, sin ir más lejos, podría haber hecho mención a la represión en el Estadio de Gimnasia de La Plata, que tuvo lugar hace solo una semana.
Son sutilezas de lectura: en realidad, en gobernación nadie sabe hasta cuándo y hasta dónde sostiene Cristina –que impuso su nombre- a Berni en su puesto. Solo admiten que esa opinión es la que definirá su destino. Aunque a la vez tejen hipótesis por si el silencio de la vicepresidenta se prolonga. Son prevenciones basadas en un concepto: la “imprevisibilidad” de Berni. “Esta vez no quiso renunciar, como en otras crisis”, dicen muy cerca del Gobernador. Resaltan otra razón, más política: Berni dijo que quiere ser candidato. Y no imaginan una doble función para una campaña en la cual, como pareció anticipar CFK, la inseguridad será un tópico. Por eso, ahí se dibuja una fecha de vencimiento.
Kicillof se prepara, de hecho, para ese combate alineado con su principal sostén político: al discurso sobre la inseguridad lo abordó anunciando la primera de una serie de inauguraciones (habrá una cada 15 días) de plazas carcelarias. Es un corrimiento “al centro” en línea con el de CFK y a la vez una respuesta a María Eugenia Vidal, de quien heredó una superpoblación del 50% en las prisiones que implicaba una tasa de reincidencia que es el doble que la actual. El “me tienen podrido con que liberamos presos” va en el mismo sentido: su gobierno no pidió la medida sobre presos en pandemia, argumenta. Lo importante no es eso, sino las nuevas claves de discurso que Cristina inoculó en el gobernador. Un progresismo que, por ponerlo así, se abre a otros matices.
¿Alcanzara en términos electorales? Nadie lo sabe: El gobernador y la Vice siguen teniendo récord de imagen negativa. Aunque comienza a verificarse otro fenómeno: un crecimiento de la imagen positiva. Lo mismo le pasa a Sergio Massa, que duplicó ese ítem desde que asumió en Economía. En contra de lo que firma en público, en el entorno del ministro dicen que si el número de inflación comienza con 3 en abril o mayo, buscará ser candidato en un movimiento que, además de esa meta dificilísima, dependerá, al menos en los planes de ese campamento, de un acuerdo con CFK. El problema sigue siendo, allí, la inflexibilidad de Alberto Fernández, que no quiere resignarse a declinar su eventual candidatura aunque pierda en cualquier hipótesis. Una novedad, tal vez solo una idea tirada al aire en algunos despachos del oficialismo, es que la necesidad de “bajar un cambio” para preservar su salud que el Presidente descubrió en Indonesia, pudiese proveerle una excusa para salirse del juego con cierta elegancia
Mientras, en la oposición, la noticia más importante es que Rodríguez Larreta luce envalentonado en su desafío a Mauricio (y a Jorge) Macri. El lanzamiento del médico Fernán Quirós eleva a seis el número de referentes de su espacio que podrían desafiar al primo del expreidente, su representante. En PBA, Santilli no traduce esa hiperactividad más bien porque se siente ganador. Bullrich, por su parte pondrá a funcionar en territorio bonaerense su mesa “Patricia Presidenta”. Allí están manejando los hilos el intendente de Lanús, Néstor Grindetti; el exjefe comunal de San Miguel, Joaquín de la Torre, y el exministro de Energía, Javier Iguacel. Cristian Ritondo aun deshoja la margarita: ¿hasta cuándo esperará a Vidal? (DIB)
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