Poesía: ¿para qué? ¿por qué? ¿para quién?
Por ediciones delaltillo
Con la poesía siempre hay problemas. Esa es la idea. Quizás sea bueno diferenciar las dos más notorias malas interpretaciones: por un lado la de los lectores de no-poesía, esos que dicen que no la entienden; y por el otro la de los analistas del mercado, esos que dicen que no vende.
Las preguntas (y respuestas) para los lectores de no-poesía son infinitas. Luis Alberto Spinetta, que logró esa gran claridad que es hacer decir a varios “no lo entiendo”, como si en ese no entender se negara la poesía cuando en realidad es lo que forma su esencia. ¿Qué poesía puede haber en algo que “se entiende”? El por entonces adolescente Spinetta decía “si no canto lo que siento me voy a morir por dentro, ¿barro tal vez?”. Dudando de su propio hallazgo. La poesía entonces hace dudar de nuestras dudas. María Julia Magistratti en su poemario “Pueblo” dice : “mi legado/es un papel, un mapa,/con el que atravesar los caminos/para que nunca te alcancen”. Obtener el premio Nobel de Literatura por escribir poesía no debería ser en vano. Dejemos entonces que Wislawa Szymborska lo diga también: “La poesía,/pero qué es la poesía./Más de una insegura respuesta/se ha dado a esta pregunta./Y yo no sé, y sigo sin saber, y a esto me aferro/como a un oportuno pasamanos”.
Podríamos seguir mostrando ensayos para los lectores. Pero hablemos ahora para los analistas del mercado: ¿la poesía no se vende? Claro que no. La poesía no es una obra vendida, porque como ya lo dijo Rilke, no sirve para nada. Y lo que no es utilitario se hace eterno. Pero hay gente para la poesía (para leerla, para comprarla, para robarla). Entonces surgiría otro análisis (para otra columna): ¿hace falta la poesía?
Tal vez la poesía “vende” eso de que no vende para así poder vender (algo).
Sin respuestas seguras, desde editorial delaltillo editamos poesía a la par de otros géneros. La colección abarca “El áspero crepitar de la luz” de Edgardo Zouza. Un poemario que recoge la obra de un joven poeta enamorado de la naturaleza y de su tiempo, donde los versos respiran vida propia. También está “Quinto Elemento”, libro de Alberto Sánchez Graf que se suma a sus anteriores obras para dar testimonio de una madurez y seguridad en lo que ya se confirma como una voz muy propia.
Recientemente fueron editados: “Cáliz para laicos”, de Guillermo Del Zotto, donde reúne lo mejor de sus tres libros de poesía y con el agregado de la traducción en ruso de todos esos poemas. También editó su propia antología la poeta Claudia Carrizo, quien en “Algo parecido a la cordura” mezcla sus poemas nuevos con los que realizó en la juventud. Ambos autores fueron alumnos de José Sbarra.