Santos Ángeles Custodios


Escribe: Horacio Robirosa, Voluntario de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.

Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico. Son seres espirituales creados por Dios, por una libre decisión de su Voluntad divina. Son seres inmortales, dotados de inteligencia y voluntad. Y por ser espirituales, no pueden ser vistos ni captados por los sentidos.

Y por eso es muy fácil que nos olvidemos de su existencia. Este olvido puede hacernos desaprovechar muchas gracias que Dios ha destinado para nosotros a través de ellos.

La misión de los ángeles es amar, servir y dar gloria a Dios, ser mensajeros y cuidar y ayudar a los hombres. Ellos están constantemente en la presencia de Dios, atentos a sus órdenes, orando, adorando, vigilando, cantando y alabando a Dios y pregonando sus perfecciones. Se puede decir que son mediadores, custodios, guardianes, protectores y ministros de la justicia divina.

Los ángeles nos comunican mensajes importantes del Señor en determinadas circunstancias de la vida. En momentos de dificultad, se les puede pedir luz para tomar una decisión, para solucionar un problema, actuar acertadamente y para descubrir la verdad.

Los ángeles presentan nuestras oraciones al Señor y nos conducen a Él. Nos acompañan a lo largo de nuestra vida y nos conducirán, con toda bondad, después de nuestra muerte, hasta el trono de Dios para nuestro encuentro definitivo con Él. Este será el último servicio que nos presten, pero el más importante: “He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado” (Ex 23).

La vida es precisamente un camino – observa el Papa Francisco – en el que debemos ser ayudados por “compañeros”, “protectores”, que nos custodian de los peligros y de las insidias que podemos encontrar: “El peligro de equivocarse de camino, o el peligro de dejar el camino”. “He aquí que el Ángel – reafirmó Francisco – está para ayudarnos a no equivocarnos de camino y caminar por él, pero se necesita nuestra oración, nuestra petición de ayuda”.

Dice el Señor: “Pórtate bien en su presencia”. El Ángel está acreditado, tiene autoridad para guiarnos. “Escucha su voz; no le seas rebelde”. Escuchar las inspiraciones, que siempre son del Espíritu Santo, pero es el Ángel quien nos las inspira.

El papa Francisco, nos hace notar que no sólo nos ayudan a caminar bien, sino que nos muestran también “dónde debemos llegar”, porque el Ángel mira al Padre y conoce el camino.

Debemos tener presentes las inspiraciones de los ángeles para saber obrar correctamente en todas las circunstancias de la vida.

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