Un sistema de salud “estresado” ante la nueva ola
Escribe: Sergio Di Pino.
El crecimiento “explosivo” en el número de casos de coronavirus en Olavarría, registrado durante la última semana, volvió a encender las alarmas y a plantear interrogantes sobre la capacidad de respuesta que tendrá el sistema de salud, para “surfear” sobre una segunda ola de contagios, cuyo verdadero tamaño es imposible de dilucidar aún.
Los indicadores negativos, ya evidentes desde hace quince días, llevaron al Municipio a tomar medidas restrictivas sobre las reuniones sociales y la nocturnidad, de forma anticipada, incluso, a las resoluciones de la Provincia. El último lunes, día en que la cifra de contagios diarios trepó a los 180 casos y se ubicó en parámetros similares a los de octubre del 2020, la comuna volvió a achicar los márgenes para la circulación nocturna, hasta las 00:00, para actividades no esenciales.
La otra decisión del gobierno de Ezequiel Galli, fue apelar a la estrategia que, hasta el momento, le dio mayores resultados: aumentar el número de testeos para aislar a los contagiados y reducir la circulación comunitaria del virus. En una de esas jornadas, llegaron a hisoparse 442 personas, cifra récord desde el comienzo de la enfermedad.
En este punto, es conveniente detenerse y analizar una afirmación realizada por el secretario de Salud, Germán Caputo: “Entre aumentar el número de camas y el de testeos, elegimos aumentar el número de testeos”. Inmediatamente, se nos plantea el siguiente interrogante: ¿Por qué habría que elegir entre una de esas dos posibilidades? “Parece una comparación de peras y manzanas. Y una cosa no quita la otra” reflexionó un profesional de la salud, respecto a la disyuntiva sugerida por el funcionario. En resumidas cuentas, testear más no reemplaza la posibilidad de robustecer la capacidad hospitalaria con la compra de nuevas camas. En todo caso, se trata de una decisión política (sobre el uso prioritario de los recursos públicos), que habrá que evaluar con el tiempo.
Para tener un punto de referencia, resulta oportuno analizar qué hizo la provincia de Buenos Aires, durante el último año, respecto a la disponibilidad de camas de terapia intensiva. Fuentes del ministerio de Salud bonaerense, consultadas por En Línea Noticias– en el marco de esta columna-, informaron que de las 883 camas que había en diciembre del 2019, se pasó a un total de 2100 camas. Calificaron a la decisión, como una de las “claves para evitar la saturación”.
Aunque diferentes médicos locales reconocen “una clara mejora en las condiciones de las camas actuales» que sirve para fortalecer la atención en el Hospital Municipal, advierten que no hubo avances en incorporar “nueva tecnología», por sus altos costos.
En este contexto, un dato no muy conocido y al que conviene prestarle atención, es el siguiente: La Tasa de mortalidad de los pacientes que requieren asistencia respiratoria mecánica en Olavarría, en términos comparativos, se ubica muy por encima de la media nacional e incluso de la de algunos distritos populosos como la Ciudad de Buenos Aires.
El complejo panorama que afronta el sistema público de salud local, fue descripto, en detalle, por el Jefe del Área de Pediatría del Hospital Municipal, Dr. Gastón Seambelar. En una entrevista con el programa «Desayuno de Noticias«, que conduce la periodista Claudia Bilbao, advirtió que «lo que preocupa es no tener camas para atender a los pacientes» y estimó que el sistema sanitario «con este ritmo de crecimiento, pronto puede llegar a quedarse sin posibilidades de dar respuesta. Sobre todo a pacientes de terapia intensiva, porque no es fácil generar nuevas camas de terapia intensiva y mucho menos recursos humanos que los puedan atender» explicó.
La situación con el recurso humano, es quizás, el aspecto más preocupante «Son muy pocos los terapistas y el personal está agotado» reiteran diferentes actores del sistema de salud. Lo mismo opinan sobre la situación de enfermería, a la que califican como «crítica».
En igual sentido se expresó, públicamente, la titular de la Asociación de Profesionales del Hospital Municipal, doctora Alejandra Capriata: «Realmente no vamos a dar abasto” reconoció durante una entrevista con Radio Olavarría. «Evidentemente hay una cantidad de casos que asustan”, dijo y aclaró “también asusta el nivel de internaciones y el nivel de gente que concurre a testearse”.
Si el sistema de salud ya está “estresado”, de una forma similar al último pico que atravesó la ciudad (octubre del año pasado), hay que considerar que, en aquel entonces, no existía un ritmo de vida como el de los primeros meses del 2021. La mayor circulación social, ocasionó un aumento de las personas hospitalizadas producto de los siniestros viales.
A esto hay que añadir, un pronunciado abandono en los cuidados sociales por parte de una población, agotada desde lo económico y lo psicológico. Y sobre todo, la aparición de un nuevo factor, de extremo peligro, como es la circulación comunitaria de nuevas cepas de coronavirus en el Gran Buenos Aires: “Olavarría tiene una comunicación directa por cuestiones comerciales, industriales y laborales con el gran Buenos Aires, así que indefectiblemente lo vamos a tener y seguramente esas cepas van a circular en Olavarría” expresó Gastón Seambelar durante la entrevista radial consignada más arriba. En Bolívar, por citar un ejemplo más cercano, ya se estudian “variantes” de coronavirus, que fueron enviadas a analizar por un equipo especializado en la Ciudad de Buenos Aires.
Otro aspecto que preocupa, es una eventual irrupción, en lo que resta del año, de patologías que normalmente son consideradas “evitables” desde las campañas de prevención, pero que, en el 2020, no pudieron ser cubiertas en su total plenitud, dado que el personal de salud estuvo abocado, casi con exclusividad, al combate de la pandemia.
Un último factor, ya comienza a insinuarse: es el papel que debería cumplir, de ahora en más, el sector privado de la salud. “Las Clínicas privadas van a tener que atender en esta pandemia, si siguen los números que se proyectan” insinuó Seambelear, durante la charla con Claudia Bilbao. Consideró que, si el sistema público no llega a dar abasto, los sanatorios tendrán que “abocar camas y guardias para la atención de los pacientes covid que tengan obra social o prepagas”.
Dado el contexto, parece “inevitable”, una revisión del acuerdo entre el sistema público y el sistema privado de la salud, anunciado a comienzos de la pandemia. En aquel momento, se estableció que la atención del coronavirus quedaría centralizada en el Hospital Municipal y que las clínicas estarían abocadas al resto de las afecciones. De continuar con la escalada de casos, se requerirán nuevas estrategias para fortalecer la articulación entre ambos sectores.
Olavarría afronta uno de los momentos más difíciles, desde el comienzo de la pandemia. Parámetros como la cantidad de casos activos- récord en la última semana- la «Razón» o la “Incidencia”, ubican a la ciudad como uno de los 27 municipios bonaerenses que superan los indicadores para ser considerados de «riesgo epidemiológico». Estas comunas, volverían a una “fase 3”, aunque el propio Municipio podría anticiparse a las medidas restrictivas que anunciará, el gobierno de Axel Kicillof, el próximo martes. A nivel provincial, se sabe que fase 3 no será como la conocimos en 2020, sino con cierres “focalizados”. Las clases, continuarían bajo un esquema de «presencialidad cuidada».
Mientras las esperanzas están puestas en mejorar del ritmo de la vacunación, se avecinan semanas críticas. La responsabilidad social y el incremento de los cuidados personales y comunitarios, serán fundamentales para colaborar con el enorme sacrificio de terapistas, médicos, enfermeros y auxiliares. Lo que está en juego, ni más ni menos, es evitar que el sistema de salud colapse.
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