Vida nueva en el Espíritu
Terminó el Tiempo Pascual con Pentecostés…Cabe preguntarse…¿ Hay renuevo del Espíritu?¿ Hay vida nueva con el “sello” del Espíritu? ¿Nos quedó algo “marcado” por la gracia que nos lleva a dar testimonio de Jesús? ¿Se nota algo distinto en vos, en mí, en los que nos rodean?
Si hemos aclamado con fe: «Resucitó el Señor, ¡Aleluya!, hemos anunciado que: Tú, Señor eres el fuego del amor que incendia nuestros corazones Señor, y hemos pedido: que resuciten mis manos para que sean delicadas y sepan dar. Señor, que resuciten mis ojos para que sepan ver al necesitado y para que los demás se sientan felices por mi modo de mirarles. Señor, que resuciten mis oídos para que sepan oír tu voz y no queden sordos a las voces que llaman y piden comprensión. Señor, que resucite mi boca para que dé testimonio de Ti y consiga despertar sonrisas. Señor, que resucite mi corazón para que sea templo vivo de tu Espíritu y sepa dar calor y refugio, que sea generoso en perdonar y comprender y aprenda a compartir dolor y alegría con un gran amor.
Si hemos aclamado con fe: «Resucitó el Señor, ¡Aleluya deseamos que mis manos, las tuyas; nuestros ojos, oídos, boca, y corazón… hayan sido “tocados, purificados, encendidos” por el fuego del amor que renueva la faz de la tierra. ¿Qué diremos? Algo quedó pero; es necesario que “dure más”, que mi vida y tu vida, nuestras vidas, tengan el sabor y el perfume de Jesús Resucitado…
Mis manos, las tuyas; nuestros ojos, oídos, boca, y corazón… ¿han sido “tocados, purificados, encendidos” por el fuego del amor que renueva la faz de la tierra? ¿Qué diremos? Algo quedó pero, es necesario que “dure más”, que mi vida y tu vida tengan el sabor y el perfume de Jesús Resucitado…
Para que se dé la vida nueva en el Espíritu nos anima el beato papa Pablo VI cuando decía: “Todo cristiano es un soldado del espíritu, es un aspirante a la santidad y es alguien que está obligado a testimoniar. Contamos con la fe, vale decir ,con la seguridad de que Cristo es verdaderamente Hijo de Dios y derramó su Espíritu para santificarnos”. ¡Vamos juntos!
(*) Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.
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