Augusto Cicaré, el autodidacta que fabricó helicópteros e hizo volar su sueño


Los helicópteros ultralivianos ganaron popularidad en los últimos años por su versatilidad y facilidad de uso. Dentro de este mercado, la empresa argentina Cicaré S.A. se ha destacado como líder en la fabricación y venta de estos equipos. Y puntualmente ahí hay que hacer un alto para hablar de Augusto Cicaré, el vecino, el inventor, que si bien falleció en 2022, aún hoy sigue siendo una fuente de inspiración para las generaciones futuras.

Su pasión por volar y su ingenio para crear lo llevaron a construir helicópteros que surcaban los cielos, haciendo de Polvaredas su pueblo natal y de Saladillo un referente mundial en la aeronáutica.

Pero no fue solo un inventor, sino un motivador que enseñó que con esfuerzo, humildad y dedicación se puede alcanzar cualquier sueño. Su talento y creatividad, llevaron a “Pirincho” a convertirse en un referente de la industria nacional que cosechó elogios y distinciones a lo largo de su vida.

Nacido el 25 de mayo de 1937 en la localidad de Polvaredas, pasó gran parte de su infancia en un taller familiar. A los 11 años, cursando 5º grado, construyó su primer motor de cuatro tiempos con el que hizo funcionar el lavarropas de su madre. En esa misma época también convirtió el motor de un automóvil para el empleo de gas envasado como combustible en lugar de nafta.

Los inicios de Augusto Cicaré.

Cicaré fue el primer latinoamericano en construir y volar su propio helicóptero. Su pasión por la mecánica y la aeronáutica lo llevó a desarrollar numerosos modelos de helicópteros, muchos de los cuales se exportaron a diversos países.

A pesar de no tener formación académica en ingeniería, “Pirincho” demostró un talento innato para la mecánica y la aeronáutica y obtuvo el título de ingeniero honoris Causa (sin haber estudiado).

A través de la investigación y la experimentación, logró desarrollar tecnologías propias y revolucionar la industria de los helicópteros. Fue, sin duda, un ejemplo de creatividad y perseverancia. Por eso su trabajo inspiró a muchas generaciones de ingenieros y científicos, demostrando que con pasión y dedicación se pueden alcanzar grandes logros.

En 1958, cuando tenía por entonces 21 años., creó el CICARE CH-1, un monoplaza que, al igual que su motor, fue creado con materiales e instrumentos que se encontraban a su alcance en su taller agrícola y eran impropios de la aeronáutica. Utilizó, por ejemplo, barrotes de las antiguas camas de hierro.

Si bien hubo un contratiempo con el primer motor, que era de treinta caballos y sólo se levantó apenas 15 centímetros del piso, el hombre no se dio por vencido. Poco después hizo una versión mejorada y la aeronave se constituyó en la primera de este tipo desarrollada y construida en Latinoamérica. El segundo helicóptero, el CICARE CH-2, voló por primera vez en el año 1964. 

Entre sus productos se destacan el Monoplaza Cicaré 7, el Biplaza Cicaré 8 y el entrenador de vuelo SVH4, el cual tiene patente de invención total y es un dispositivo de entrenamiento único en el mundo.

Augusto Cicaré junto a Juan Manuel Fangio.

Este fin de semana el Grupo de ITEC Augusto Cicaré, realizará la segunda exposición que reunirá a los amantes de la ciencia, la tecnología y la innovación y celebrarán junto a la población su legado, impulsando nuevas generaciones a alcanzar la excelencia.

La exposición una vez más invita a la sociedad y visitantes a explorar y a experimentar un mundo diferente, donde las ideas se materializan, como así también a recorrer la ciudad de Saladillo, su polo gastronómico, emprendedores y los pintorescos pueblos rurales. https://itecaugustocicare.com.ar/

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

error: Contenido protegido