Opinión: Acerca de Francisco y la pobreza
Escribe Carlos J. Paladino.
En la Plaza de San Pedro, el Papa proclama el Ángelus dominical a la gente allí reunida que aguarda una buena nueva o un mensaje esclarecedor. La concentración se lleva a cabo desde tiempos pretéritos y es parte de los servicios públicos que utiliza la Iglesia Católica para comunicarse con su feligresía y, con otras congregaciones religiosas. La idea es concienciar a los acólitos de los diversos credos y creencias.
El Papa Francisco en una de sus la ediciones habló del respeto que se debe observar a las leyes dictadas por los Estados dijo: «pagar los impuestos es un deber de los ciudadanos, así como cumplir con las leyes justas del Estado» ¿Qué puede refutar el espíritu de un ciudadano democrático y cristiano? Desde la comprensión y la justicia, poco y nada. En cuanto al papa, cumple con su misión; le ha sido encomendado concientizar acerca de las bondades de la Iglesia Católica, la única y verdadera religión. Él es el Vicario de Cristo; Dios le ha delegado su labor en la tierra, al menos, así lo ha determinado el Alto Clero.de la Sede Vaticana. Eso basta para saber que su palabra es santa..
Francisco ha manifestado desde el comienzo de su ministerio la preocupación por la pobreza en la que está sumergida gran parte de la humanidad y reclama del esfuerzo de todos para superarla. La pobreza mortifica el cuerpo y el espíritu del que la padece. La sabiduría con que ha sido consagrado por la gracia de Cristo, lo obliga a no desconocer las brutas realidades que de continuo acosan al universo: léase, la pobreza, la miseria, las enfermedades, las guerras, etc.
Desde la sacralidad de su investidura no deja de intimar a las naciones capitalistas a contribuir con el cometido de mitigar la pobreza, una pobreza que no sólo no cede sino que aumenta de manera incomprensible en un mundo de buenas intenciones. Entonces, les cabe a los ricos, a los grandes y poderosos, cargar con esta responsabilidad. No deja de ser un apercibimiento por las faltas cometidas en vida, pecados que los pondrán más lejos de la compasión del Creador a la hora de rendir cuentas. El que más y el que menos, convive con esa incógnita en la cabeza.
El mensaje del Vicario, enternecedor y piadoso, busca tocar las fibras más profundas del capitalismo desmedido y perverso diseminado por la geografía terráquea y, de paso, le da señales al capitalismo de los países en decadencia (sudamericanos y del subdesarrollo)El papa, poseedor de ese conocimiento trascendental sabe de las diferencias que establece el capitalismo de las naciones ricas, consolidado a través de un gran empresariado, contra el perteneciente a un mundo en permanente declinación y que, hasta son descartados de la órbita de aquellos. Podríamos hablar de un capitalismo emergente o «tercermundista» no por casualidad desfavorecidos (¿pobres?) y en vías de caer en picada irrefrenable acompañados de los ciudadanos pobres.
El capitalismo, entonces, es salvaje, es voraz e insaciable; no obstante, el Sumo Pontífice no se puede confundir y generalizar la dirección que le imprime a los reclamos. Creemos que debería ser más preciso en lo que dice cuando reclama por los necesitados. No puede no ver las enormes diferencias que median entre ambos y, tampoco, debe ignorar la paradoja que establecen los mismos. Cosas raras y extrañas a la lógica producen la construcción de la riqueza. Y, si no, observemos alguna de esas paradojas, principalmente , en lo que concierne al cumplimiento de las «leyes justas» del Estado.
En la mayoría de las naciones ricas, poderosas, influyentes, en donde radica y se concentra el sistema capitalista, la pobreza es escasa. Las clases sociales han ido ascendiendo hasta convertirse en clases medias en condiciones de continuar subiendo en procura de nuevos beneficios. La cuota de suerte es necesaria, pero, el no hacerle asco al trabajo es imprescindible. Están respaldados por leyes adecuadas a los requerimientos y posibilidades de los usuarios. Los contribuyentes están conminados a pagar impuestos por lo que han ganado, que son pagables y una vez recaudados el Estado los distribuye. Esos gobiernos deben asignar a la pobreza una porción considerable de esos fondos participables, ya que no es una cuestión que aqueja sobremanera a los gobernantes. El contrasentido se da en los países ricos, de mucha gente pobre, de educación pobre, de capitalismos pobres y de pobre futuro.Como en nuestro caso (los argentinos) se pagan impuestos carísimos por lo ganado y por lo no ganado.
La opinión del gobierno y demás, es que los empresarios son unos «angurrientos», acaparadores de dinero, que desprecian a sus trabajadores y quieren lo «pior» para ellos. De esta recaudación de impuestos, por lo visto, es muy poco lo que llega al rubro pobreza, porque a ojos vista nuestros pobres van en aumento.
Las leyes justas del Estado que al decir de Francisco tenemos que cumplir para ayudar a los necesitados… ¿son justas?.Y; es cuestión de hacer un juicio de valores. Nuestros argentinos pobres, no reciben la atención que les corresponde, -aunque más no sea por compasión – , ni tampoco existen intenciones de sacarlos del ostracismo en donde se hallan. Los confunden, de forma sistemática, cuando las distintas facciones políticas van por su voto con la falsa promesa de que son el motivo de sus desvelos, y un sinfín de argumentos que no tienen validez y conocen de antemano que no han de ser cumplidos. La fastuosidad de los gravámenes pagados por contados contribuyentes no alcanza para ayudar a más del 40% de pobres existentes. Proporción que aumentará en la medida que no sea compensada por el trabajo honrado. A ese extremo está llegando gente que desconocía ese estadio de desocupación laboral, que lo agobia y lo enferma. Los pobres no participan de la gran tajada presupuestaria. En el primer nivel de privilegios, se registran los beneficiarios del quehacer estatal y político, Si se tiene en cuenta la eficacia, sus sueldos son una sangría enorme. Es una hemorragia por la cuantía que viven de ese placebo. Esta oportunidad la gozan los guías de nuestros destinos y – ya que estamos – una pléyade de asesores y ayudantes improductivos que operan con los congresistas. Queremos Imaginamos, si un emprendedor o una pequeña Pyme pudiera disponer de trabajadores (en serio) para fomentar su negocio o industria; el rendimiento económico sería distinto y sin duda, un incentivo al trabajo y un paliativo a la pobreza. Asimismo, sus sueldos no disminuyen y son posibles de aumento sin previo aviso, lo que es decir, que la dirigencia es parte causante del problema..¿Ésto es tener leyes justas? ¿El descontrol del gasto público es controlado de igual manera que los impuestos de los empresarios (grandes o chicos) y demás contribuyentes. El gasto político no tiene techo, ni límite, ni ataduras que lo contengan..Si uno quiere verse reflejado en el tan fomentado «acuerdo de consensos», acá encontrará respuesta. El estado democrático político ha encontrado en el tratamiento de los sueldos un consenso tan importante que ni siquiera son objeto de discusión. Ahora cabe preguntarnos si, realmente, un achique, un ahorro, una mirada sincera a este abuso, se justifica para menguar los efectos de la pobreza. ¡Claro que se justifica!…; más allá de lo que representa en el aspecto económico, contribuiría a mejorar el ánimo del conjunto de los contribuyentes tributarios al bienestar general del país, quedaría expuesto que el esfuerzo por combatir la calamidad de la miseria es compartido.
También consensuamos que los argentinos, de estas faltas y pecados ignominiosos, no tenemos la plena exclusividad. Una simple mirada continental bastará para constatar.
Pero ocupémonos de nuestra situación: el Papa Francisco, en vez de meter a los culpables sin distingo alguno en la misma bolsa y, apreciando su condición de argentino; ¿no podría cagar a pedos a nuestra nefasta dirigencia política y conminarlos «bajo la potestad de un dios justiciero a actuar según los principios de aquella religión» y en consecuencia hacerlos retractar de los desvaríos cometidos? Podría hacerlo, su autoridad suprema lo faculta. Muchos estamos esperando que algo así suceda ¿Será posible?
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