Panorama / Vidal intenta ingresar en el «modo acuerdo»
Vidal la gran protagonista de la política.
Por Andrés Lavaselli, de agencia DIB.
Después de varios meses en los cuales no faltaron los conflictos, la gobernadora María Eugenia Vidal parece haber ingresado en un período de reducción de tensiones. El primer paso lo dio a mediados de la semana que pasó, al ensayar un reacercamiento a un sector de la dirigencia ruralista con el que hasta ahora no lograba sintonizar pese a la identidad ideológica. El segundo, espera concretarlo en martes, con el cierre de la primera paritaria por el 15 por ciento.
Vidal se sentó el miércoles ante parte de la plana mayor del ruralismo a cerrar una grieta inesperada: el interior es su base de sustentación electoral y el campo uno de los sectores más beneficiados por la política económica de Cambiemos. Sin embargo, desde el inicio de su gobierno Carbap, la más influyente de esas organizaciones en la Provincia, mantuvo una posición crítica, que se agudizó luego del último incremento de impuestos.
La gobernadora -y el ministro de Economía, Hernán Lacunza- dejaron entrever varias veces en privado su enojo con las cuestionamientos públicos que recibieron por esa decisión, lo que impidió al ministro de agroindustria, Leonardo Sarquís –un técnico con pocos recursos políticos- actuar como mediador. Los ruralistas, por su parte, tampoco hicieron ningún gesto para bajar el tono. Así, transcurrieron varios meses sin contactos oficiales, al menos del máximo nivel.
Pero ahora Vidal apareció decidida a superar el entuerto: fue ella la que se trasladó hasta Bragado para encontrarse con los ruralistas, con quienes estuvo reunida durante casi una hora y media. Sentó a su lado a Sarquís, un gesto obligado en ese contexto, pero que contribuyó a ahuyentar ciertos rumores en torno a su situación en el gabinete. Sin grandes anuncios, la receta pareció dar resultado: aunque con reservas, el presidente de Carbap, Matías de Velazco, certificó que «se produjo un cambio».
Para el gobierno se trata de cerrar un frente abierto con un sector que considera propio. Y, por extensión, de enviar señales de contención política a todo el interior, donde los efectos de la sequía sobre la economía se sentirán más directamente. El humor social de la retaguardia electoral de Cambiemos es lo que, en última instancia, podría entrar en discusión si el «parate» de la actividad en los pueblos se prolonga sin que se perciba que el Ejecutivo hace todo lo posible para mitigarlo.
En ese sentido, es probable que tras una reunión a mediados de este mes se aceleren las declaraciones de emergencia. Pero el reclamo de fondo, un nuevo esquema de asistencia regulado por ley, está lejos de concretarse. Trabajan en ello Agroindustria, Economía y Arba, pero los tanteos para declarar la emergencia vía CUIT o para implementar el seguro multirriesgo están todavía verdes. «Hay mucha plata en juego y nadie quiere ceder», dicen quienes están al tanto de esos tironeos.
El otro plano en el que Vidal espera emitir señales de distensión es el paritario: en su equipo están seguros de que el martes se cerrará el primer acuerdo salarial por el 15 por ciento, o al menos de que las bases de un entendimiento de ese tipo quedarán establecidas. El optimismo oficial se basa en el avance de las subterráneas negociaciones que han mantenido con UPCN y el grupo de gremios que manejó hasta su detención Marcelo Balcedo y ahora está intervenido.
El esquema es casi calcado al que rechazan los docentes y ATE –que hace años que no cierra una paritaria: el porcentaje estricto de suba salarial de 15% pero con montos añadidos en concepto de presentismo y de formación, aunque en este último caso se exploraban variantes, ya que se trata de un ítem de difícil aplicación a ciertos sectores de la administración. A eso podrían añadirse algunos pases a planta permanente y ascensos más o menos masivos.
Si Vidal logra, como cree, que el acuerdo quede por lo menos encaminado para un cierre por mayoría de esa paritaria, habrá conseguido dar una señal a los gremios docentes, con los cuales el gobierno se reunirá 24 horas después que con los estatales. Y se habrá anotado un triunfo político en la línea de lo que el presidente Mauricio Macri espera: dureza para contener los sueldos como parte de su batalla contra la inflación. (DIB)
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