Prisión preventiva confirmada para los miembros de una banda regional que vendía estupefacientes

La banda operaba en Tapalqué pero compraba la droga a una pareja de Olavarría.


Con información del diario El Tiempo de Azul

En diciembre pasado una de las mujeres fue detenida en Olavarría y la otra, en Tapalqué. FOTO: POLICÍA COMUNAL TAPALQUÉ/PBA

La Cámara Penal de la ciudad de Azul confirmó la prisión preventiva de cinco personas acusadas de comercializar estupefacientes que fueron detenidos en Olavarría y Tapalqué en distintos allanamientos realizados a finales del año pasado.

De los cinco detenidos e imputados, dos fueron apresados en nuestra ciudad.

La causa penal en la que están siendo investigados los imputados interviene el doctor Lucas Moyano, titular de la UFI N° 19 y 22. Además interviene un Juez de Garantías de la ciudad de Azul.

Al momento de ser detenidos los encartados fueron identificados como Roberto Rosales (que nació en Azul y tiene 28 años de edad), Diego Alberto Rosales, Stefanía Daiana Pensado (34), Vanesa Urrutia (36) y José Ignacio «Nacho» Córdoba.

Roberto Rosales, Stefanía Pensado y Diego Alberto Rosales son hermanos y su detención se hizo efectiva el año pasado en Tapalqué. En tanto en Olavarría fueron detenidos Vanesa Urrutia y «Nacho» Córdoba.

La confirmación de la prisión preventiva de los cinco detenidos, lleva la firma de los jueces Carlos Pagliere (h) y Damián Cini, integrantes de la Cámara Penal de Azul.

A través de lo decidido por esos camaristas, Diego Alberto Rosales, su hermano Hugo Roberto Rosales y la pareja conformada por José Ignacio Córdoba y Vanesa Urrutia continúan siendo señalados como los probables autores del delito de «comercialización de estupefacientes propiamente dicha».

En el caso de Stefanía Daiana Pensado – que además es empleada de la Municipalidad de Tapalqué- sigue acusada, pero «en carácter de partícipe necesaria», de ese referido delito de comercialización de drogas atribuido a los demás encausados.

Mientras que Hugo Roberto Rosales está preso en la Unidad 7 de Azul, su hermano Diego Alberto Rosales continúa privado de la libertad en la Unidad 17, la cárcel también del SPB que está en Urdampilleta, la localidad perteneciente al Partido de Bolívar. En tanto, José Ignacio Córdoba se encuentra en la Unidad 2 de Sierra Chica.

Las mujeres tienen distintas condiciones de detención.

En cuanto a Stefanía Daiana Pensado se conoció que está beneficiada con el arresto domiciliario y está monitoreada en su domicilio de Tapalqué. En tanto, Vanesa Urrutia fue trasladada este lunes a la Unidad Penal N° 52 de la localidad de Azul.

Las acusaciones

El momento de las detenciones en Olavarría

Los elementos de prueba que se han colectado hasta el momento permiten inferir que los varones y las mujeres acusados y que siguen presos se dedicaron, entre octubre de 2022 y hasta abril de 20223, a vender drogas formando parte de una presunta organización delictiva.

Para aquella época Diego Rosales estaba preso en la Unidad 2 de Sierra Chica. Y junto con sus hermanos Hugo Rosales y Stefanía Pensado, desde una casa de Tapalqué donde ambos residían, «en forma habitual y continua desarrollaron tareas de comercialización de estupefacientes, en dosis fraccionadas y acondicionadas para ser entregadas en forma directa al consumidor a cambio de un precio cierto en dinero».

De esa manera, el Rosales que estaba preso en Sierra Chica, mediante mensajes por WhatsApp «coordinaba la compra de dicho material a José Ignacio Córdoba y Vanesa Urrutia», la pareja también imputada y con respectivos domicilios en Olavarría.

«Una vez realizada la trasferencia dineraria» -se describe también en la causa- Córdoba y Urrutia llevaban la droga desde Olavarría a Tapalqué.

En la causa está probado que los estupefacientes llegaban a Tapalqué más precisamente «al domicilio de Hugo Rosales, para que luego éste comercialice en esa localidad, ya sea en su propio domicilio o a través de personas -aún no identificadas- que hacían de ‘delivery’ y entregaban el material en dosis fraccionadas, previo acuerdo con Hugo Rosales».

El dinero obtenido de la venta de estupefacientes posteriormente era enviado por los compradores a una billetera virtual a nombre de Stefanía Pensado.

Esa mujer luego era la encargada de transferirle la plata, a través de otra billetera virtual, a Diego Rosales en ese contexto de encierro donde por aquel entonces permanecía en una de las cárceles del complejo del SPB que está en Sierra Chica.

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