Vandalismo a los pañuelos de Madres y Abuelas: «Existen grupúsculos que se sienten envalentonados para agraviar y descalificar»

Comunicado de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires que lidera el olavarriense Matías Moreno.


La Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, que conduce Matías Moreno, repudia los hechos vandálicos cometidos días atrás sobre los pañuelos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que se encuentran pintados sobre las baldosas de la Plaza Central de la ciudad de Olavarría.

Este proceder deleznable y negacionista, dista mucho del basamento democrático instaurado en la sociedad desde el retorno de la democracia y guarda estrecha relación con la ideología que dio sustento al terrorismo de Estado.

Nuestro país atravesó -y atraviesa- un arduo camino en busca de justicia por las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por la última dictadura cívico militar.

En primer lugar, avanzando con el juzgamiento a las cúpulas militares en lo que se conoció como el “Juicio a las Juntas” y posteriormente con el juicio y castigo a todos los responsables de aquel horror, que fue posible gracias a la nulidad de las «leyes del perdón y de la impunidad», a través de la sanción de la Ley N° 25.779 y de su promulgación, en septiembre de 2003, por el ex presidente Néstor Kirchner, que las declaró “insalvablemente nulas”. Este último precedente significó un verdadero cambio de paradigma en el juzgamiento a los responsables del terrorismo de Estado.

Lamentablemente, aún existen grupúsculos que se sienten envalentonados para agraviar y descalificar la lucha de los organismos de derechos humanos, basándose especialmente en la doctrina negacionista que no reconoce las violaciones a los derechos humanos que practicaron quienes detentaron el poder durante los años más oscuros de nuestra historia. Y lo hacen a plena luz del día y a la vista de todos y todas.

Así, vemos como estas personas banalizan el número de desaparecidos, o niegan que haya existido un plan sistemático de tortura, desaparición de personas y de robo de bebes.

Por este motivo, el ataque a la Memoria efectuado en Olavarría, debe interpretarse como un hecho de violencia ideológica, psicológica y simbólica ejercida no solo contra las víctimas del terrorismo de Estado y sus familiares, sino contra la comunidad en su conjunto.

Desde el más profundo convencimiento que este tipo de prácticas antidemocráticas -guiadas por el odio y la violencia- deben ser repudiadas de forma categórica con el objetivo de contrarrestarlas y desalentarlas, y guiados por el ejemplo de nuestras Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, continuaremos forjando sin descanso una Provincia con más memoria, con más verdad y con más justicia.

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