Néstor Ferreyra: “Buscamos que la infraestructura de la FIO responda al modelo educativo que planeamos”
Es Secretario General de la Facultad de Ingeniería
La gestión de la Facultad de Ingeniería planteó en 2022 un desafío con epicentro en el área académica: la reformulación de los Planes de Estudio de varias de sus principales carreras. Traspasada exitosamente esa instancia, cuya formalidad fue la aprobación de los nuevos Planes por parte del Consejo Académico, ese eje atravesó todos los estamentos de la cincuentenaria institución.
Así, a la par de aquel trabajo para adecuar los conocimientos impartidos a los tiempos cambiantes, prácticamente todos los sectores de la FIO quedaron teñidos por las necesidades que supuso el nuevo desafío.
Una de las áreas de gestión que debió establecer sus propias políticas de trabajo fue la de infraestructura. Nuevos esquemas educativos implican espacios físicos adecuados para llevar adelante la tarea. En paralelo, la ampliación de los horizontes inclusivos para estudiantes y personal con discapacidades, también cayó al mismo terreno.
La Secretaría General de la FIO, a cargo del Ingeniero Néstor Ferreyra, tiene la responsabilidad de llevar adelante esta parte del programa integral.
¿Qué impacto provocó en la cuestión edilicia la aprobación de los nuevos Planes de Estudio?
En función de nuevas metodologías didácticas, acorde a lo que tiene como interpretación filosófica los nuevos Planes de Estudio, de estar más cerca de la práctica, pensando en que los alumnos, aparte de saber puedan hacer, ha habido muchas disciplinas que a esto lo tienen históricamente como concepción. Allí se inscriben la química, la física, los materiales; son sectores donde hay laboratorios y los alumnos trabajan directamente allí con estas nuevas metodologías. Pero hay otros sectores que se están transformando actualmente, y lo que hemos hecho desde la Facultad es poder acompañarlos y brindarles la infraestructura necesaria para convertir estas aulas, que tenían una estructura de alumnos sentados escuchando al profesor, a lo que se llama en este momento aula-taller, en las que está ese espacio para que el docente esté presente indicando y marcando los conceptos que se necesita volcar a los alumnos para la interpretación de los nuevos temas que están viendo, con acompañamiento tecnológico en función de material audiovisual y equipamiento. Eso permite tener acceso a esos conocimientos por otras vías. Por otro lado, los alumnos están ubicados ya no en forma pasiva en una silla, sino alrededor de una mesa o banco de trabajo, desde donde pueden ir aplicando, haciendo y probando lo que el profesor le va indicando metodológicamente.
¿Esto significó la intervención material de varios espacios?
Nosotros hemos transformado algunos espacios para generar estas aulas-talleres, fundamentalmente en el área de Mecánica, de Electrónica, en el aula de Electricidad. Esos espacios ya se han transformado. También es el caso del Laboratorio de Automatización y Robótica que se ha equipado y aggiornado su instalación. Se buscó fundamentalmente que el alumno tenga mejor acceso a tocar y trabajar con los materiales que va conociendo.
Un caso especial es Física, que si bien esa infraestructura está, ahora hay un proceso de adecuación con equipamiento y hay un apoyo de la institución a los docentes que tienen algún desarrollo de construcción de equipos para poder disponer de más acceso por parte de los alumnos, en esto de “meter mano” en los equipos.
En este mismo sentido, en el año 2021 se llevó adelante un Concurso de Proyectos para el Desarrollo de entornos educativos remotos y virtuales. De allí surgieron el Laboratorio Remoto para una experiencia sobre difracción de la luz; Entornos Virtuales para Física y Fomento de la Cultura Emprendedora; también para el Desarrollo de Prácticas Experimentales del Área de Estructuras, y el Laboratorio Virtual de Topografía.
Sumados estos al Laboratorio remoto de prácticas de energía solar, permiten que los alumnos desde la casa, con la computadora, puedan vincularse y hacer los ensayos. Esto responde a aquel concepto que mencioné al comienzo y que es eje de nuestra visión de la política educativa: acercar la experiencia al alumno.
¿Este proceso de cambios edilicios ya está terminado o se prevé alguna continuidad?
Las transformaciones son permanentes. Ya se han intervenido varias aulas, ahora tenemos presentado un proyecto para la construcción de un aula-taller más grande que todas estas, para poder usar por diferentes áreas en función de la necesidad. Es una obra que tenemos pedida ya de hace tiempo y que viene retrasada, pero hay alguna idea de que el edificio para esa aula-taller sería una de las próximas obras que se podrían estar haciendo en Olavarría.
El edificio de Ingeniería en Agrimensura que se está ejecutando en estos momentos, ¿responde a este nuevo modelo?
El proyecto de Ingeniería en Agrimensura ya responde a este modelo. La característica de la agrimensura tiene otra particularidad, es que gran parte del trabajo es netamente in situ, en el campo. Por lo cual lo que se ha previsto es que haya laboratorios, para hacer los trabajos que se llaman “de gabinete”, con computadoras y puestos de trabajo. Pero este “hacer” de la carrera es mucho más en el campo, en la cantera, en la ciudad.
En paralelo con esta mirada está el tema de la accesibilidad, en lo que la FIO tiene larga historia, pero ¿los tiempos proponen nuevos desafíos en esta área?
Sí, es un tema con larga historia en la Facultad de Ingeniería. Nosotros hemos venido siempre desarrollando la infraestructura con una mirada inclusiva, teniendo en cuenta esta posibilidad. Cada año tenemos desafíos por la aparición de alumnos con necesidades concretas del uso de esta accesibilidad. Realmente vemos, por la conversación que tenemos con los interesados, que hay una respuesta adecuada a la necesidad. Hoy todos los edificios están accesibles en un mismo plano. La diferencia de planos está salvada por rampas adecuadas a las necesidades. Tenemos un solo sector que está en una planta alta, y allí hay un ascensor para salvar ese desnivel. Los sanitarios en prácticamente cada edificio también están adecuados para quien tiene discapacidad física.
En general parece que al hablar de accesibilidad se piensa mucho en la discapacidad motriz, ¿lo ve así?
Sí, pero cada diferente desafío es abordado de acuerdo a la necesidad que se tenga. Es claro que la accesibilidad no es solamente física. Justamente lo que estaba planteando tiene que ver con eso. Como se trata de una política global de nuestra gestión, también hay un abordaje desde lo académico, interesando e involucrándose los docentes que tienen alumnos con algún grado de discapacidad para abordarlos y tener la cobertura adecuada para cada caso.
Una de las cosas con las cuales también se está trabajando y está presente desde la Universidad, es el material bibliográfico, buscando adecuarlo para quienes tienen problemas de lectura, ya sea no visión o visión dificultosa. Se trata de adaptar la bibliografía que tienen que usar y eso se va haciendo a medida que va habiendo necesidad, con algún libro parlante, o ampliando la letra de los textos para que puedan ser utilizados por alguien que tenga una discapacidad visual.
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