“La gente me hace ver la dimensión de la medalla dorada”

Apenas dieciséis medallas doradas consiguió la Argentina en el olimpismo, y el dueño de una de ellas estuvo este miércoles en Olavarría. Fue Walter Pérez, en compañía de Juan Curuchet, que la mañana del 19 de agosto de 2008 dejó grabada para el resto de los tiempos una de las imágenes más fuertes en la historia del deporte nacional.

Por suerte hay una generación que ha podido ver momentos parecidos. Uno fue el slalom de Maradona a los ingleses, el doble de Ginóbili a Serbia en el último segundo, pero ese gesto de Walter, arrodillado y besando a la bandera argentina sobre la pista del velódromo de Beijing, aún hoy dispara esa sensación rara que provoca en la piel cada vez que se recuerda una emoción irrepetible.

“Fue un acto espontáneo. Es una imagen que en cualquier video de ciclismo siempre está, y creo que en el futuro se va a convertir en un hito. No fue nada premeditado; simplemente lo sentí así, que ese día la pista había sido pura y exclusivamente argentina. Quise poner la bandera en el piso, y agradecerle a la pista y a la bandera por el logro que habíamos conseguido” explicó Walter en un mano a mano con Infoeme tras la rueda de prensa de este miércoles en “La Sede”.



Walter Pérez hace dos años que cuenta con el auspicio del gobierno de la provincia de Buenos Aires y en ese rol llegó a Olavarría para asistir a la presentación de la XXV Vuelta al Municipio. “Todos los deportistas amateurs tenemos algunos problemas, más de infraestructura que de elementos, pero se está avanzado bastante en el último tiempo. El deporte amateur estaba muy por debajo de la expectativa de cualquier país, pero con la creación del Enard se está creciendo; va a costar, pero de a poquito vamos a ir creciendo” comentó.

“Yo me siento un privilegiado porque gracias a Dios el gobierno de la Provincia me está dando un fuerte apoyo, pero veo a mi alrededor, y hay deportistas que están sufriendo y quisiera que también ellos puedan representar a la Argentina dignamente, con los materiales que tienen que ser” acotó.


Walter Pérez es hoy ocupante de un altar al que sólo acceden un puñado, y en Londres 2012 va por más. “Terminamos hace muy poquito de clasificar, y arrancamos la pretemporada. Está todo diagramado para llegar de la mejor manera, diez puntos en lo físico, para tratar de conseguir alguna medalla” señaló.

El Comité Olímpico quitó de los Juegos la prueba Madison, que ganaron cuatro años atrás con Juan Curuchet, y puso la Omnium. “La ilusión siempre es ganar una medalla, pero la realidad marca que sacaron la Madison, que ya habíamos ganado, que habíamos salido campeones mundiales y en la que éramos favoritos. Hoy por hoy se está corriendo la Omnium, y se complica más; por ahí no le estamos encontrando la mano a las pruebas por tiempo, pero siempre digo que las expectativas y las ganas son las mismas, y espero que la preparación sea excelente para poder estar en la pelea” comentó.

Acerca de lo que le espera en la capital del Imperio reflexionó que “el nivel competitivo ha mejorar muchísimo. Se ha achicado el cupo de participantes en los Juegos, por ende los clasificados son un extracto de lo mejor de todos los países del mundo y los candidatos somos todos los que vamos a largar. Tres o cuatro años atrás había un par de equipos que no estaban en la pelea; ahora cualquiera puede ser candidato a una victoria”.


En un momento de la charla apareció una jovencita, se acercó y le dijo: “Disculpame Walter, pero me dijo mi novio que si no le llevo un autógrafo tuyo me mata; que si no puede tener tu firma la pierna, por lo menos que se la lleve en un papel”.

Para cerrar, y antes de estampar su enésimo autógrafo para el admirador olavarriense se refirió a esa dorada que emocionó al país un ciclo olímpico atrás: “Creo que aún no tomo conciencia de lo que significó esa medalla. Siempre hago chistes con eso y digo que para mí dentro de 20 años le voy a poder dar la verdadera dimensión que tiene. Siento que fue un sueño personal que se cumplió, y la gente es la que cada día que hace ver la dimensión de esa medalla, con su cariño, con el afecto que me brinda en cada lado que voy, pero yo seguí entrenando, seguí haciendo lo que hacía siempre y hoy tengo un nuevo desafío ante mí que es Londres”.




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