Fin de semana de terror en un barrio de Azul convertido en escenario de un encuentro «ilegal» de motos

Fuente y foto: Diario El Tiempo
El escenario de tremendo caos fue la zona Norte de Azul. Sobre todo en horas de la noche y hasta la madrugada, ese sector de la vecina ciudad se convirtió en espacio para el desarrollo de un encuentro de motos, pero ilegal y paralelo al que se desarrollara en el Camping Municipal con total normalidad. En medio de graves incidentes, intervención policial mediante hubo varios aprehendidos.
De un lado hubo piedrazos, botellazos y hondazos cuyos proyectiles eran municiones de las que llevan los rulemanes. Del otro, disparos con postas de gomas y hasta algunos aprehendidos por diferentes situaciones, medidas estas últimas concretadas con la finalidad de que el personal policial que intervino en lo sucedido pudiera controlar la situación.
Los vecinos radicados en el Barrio Pedro Burgos – en la zona Norte de Azul – vivieron un fin de semana de terror. Y varios de ellos lo hicieron saber a través de diferentes publicaciones en las redes sociales, atribuyéndole culpabilidad en lo ocurrido a la vandálica actitud que sufrieron por culpa del irresponsable accionar de varios jóvenes que terminaron enfrentándose con la Policía con el saldo ya mencionado.
Prácticamente, esa situación tuvo sin poder dormir desde la noche del viernes hasta las primeras horas de este domingo a los habitantes del barrio.
Todo por culpa de decenas de jóvenes -algunos de ellos radicados en ese barrio también conocido como «Riva»- que se apropiaron de las calles para alterar completamente el orden y la tranquilidad al mando de las motocicletas que conducían.
Esos rodados, en su gran mayoría, tenían sus escapes libres y no dejaron dormir a nadie. Algo que era posible escuchar no sólo desde ese barrio, sino también desde otros de la zona.
Organizando picadas y circulando por las calles del Pedro Burgos con total impunidad a velocidades superiores a las establecidas, los responsables de esta situación intentaron convertir en tierra de nadie a ese barrio.
Al mismo tiempo que desarrollaban ese tipo de conductas que alteraban la calma del complejo habitacional de monoblocks, también arrojaron contenedores de basura al suelo y los residuos fueron incendiados.
En esas arterias -por las que se transitaba en motos con total desprecio por las vidas de los demás vecinos- el objetivo era que donde los contenedores quedaban tirados se transformaran en barricadas que impidieran el ingreso del personal policial que intervino en toda esta serie de incidentes con la finalidad de devolverle un poco de calma al barrio.
Si bien cada vez que se realiza el encuentro mototurístico se refuerza la seguridad con la llegada de más efectivos a Azul, dispuesta desde la Superintendencia de Seguridad Región Interior Centro de la Policía bonaerense, lo concreto es que tanto este año como el anterior esos agentes terminaron teniendo una mayor participación en los incidentes que se registran en el Barrio Pedro Burgos que en lo sucedido en el evento que tiene como epicentro de convocatoria el Camping Municipal.
«Varios de quienes provocan estos incidentes son jóvenes a quienes no les permiten el ingreso al encuentro. Entonces, se concentran en el Barrio Pedro Burgos para protagonizar estos hechos», dijo una alta fuente policial citada por el diario El Tiempo.
Al mismo tiempo, vecinos del barrio destacaron la intervención y el accionar de los agentes de la Bonaerense. Y entre los varios comentarios que podían leerse en las redes sociales, no faltaban quienes -una vez más- volvían a reclamar por la instalación de un puesto policial en el Pedro Burgos. Algo que en ocasiones anteriores ya ha sido pedido.
Incidentes y aprehendidos
Ese servicio especial implementado por la edición 34° del Encuentro Mototurístico desde la Policía provincial llevó, ya desde este viernes pasado en horas de la noche, a centrar la atención también en lo que comenzó a ocurrir en el Pedro Burgos.
En un reporte policial se daba cuenta sobre «la producción de disturbios fuera del lugar del evento» que se iban produciendo en ese barrio. Y que a esos incidentes los venían protagonizando «un grupo de personas conformado por algunos habitantes del sector y autoconvocados que se concentraron allí».
«Previo bloquear las calles del barrio con contenedores de residuos para evitar el ingreso de los móviles policiales, comenzaron a realizar picadas en motocicletas, poniendo de esa manera en peligro al resto de los residentes», había sido informado oficialmente.
Una vez que agentes de la Seccional Primera, del Comando de Patrullas, del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) y de Infantería ingresaron al barrio se produjeron los enfrentamientos ya referidos.
En esas circunstancias, por ejemplo, en el cruce de De Paula y Calle 4, cuando era poco antes de la hora siete de este domingo, había sido aprehendido un joven que tiene 21 años, a quien le fueron iniciadas actuaciones penales por los delitos de «daño agravado y atentado a la autoridad».
Según se informó, en la previa a que resultara arrestado, junto con otros varones -que después no pudieron ser hallados aunque sí identificados- entre todos arrojaron piedras a los efectivos de seguridad, lo que derivó en que terminara siendo destrozada la luneta de uno de los patrulleros.
El sábado, alrededor de la hora cinco, también los policías tuvieron que intervenir en más incidentes ocurridos en el Pedro Burgos.
Por uno de esos hechos habían sido aprehendidos un hombre de 33 años de edad y un joven de 20, a quienes les labraron un sumario penal por el delito de «desobediencia».
A ambos los interceptaron en el cruce de Aldaz y Avenida 25 de Mayo, cuando en las respectivas motos en que circulaban -que después terminaron siendo secuestradas- intentaron darse a la fuga cuando el personal policial procuraba identificarlos.
En aquel entonces, en el marco del operativo que se había comenzado a desarrollar en el interior del Barrio Pedro Burgos, al mismo tiempo varias personas comenzaban a ser desalojadas, después de comprobarse que estaban corriendo picadas y que realizaban «maniobras peligrosas» en esas motos en las que andaban.
Por esos motivos, en Calle 4 y De Paula se hizo efectivo el arresto de otro joven.
De 20 años de edad, «atentó contra el personal policial y se resistió a su aprehensión», según lo consignado oficialmente.
Al mismo tiempo, a una cuadra de allí hubo más incidentes, luego de que un grupo de varones se enfrentara con personal policial y que a causa de lo sucedido un sargento de la Bonaerense -que desempeña tareas en La Plata- fuera agredido y resultara lesionado.
En las primeras horas de este sábado que pasó, escenario también de estos incidentes en el Barrio Pedro Burgos fue el cruce de Burgos y Calle 3, lugar donde se hizo efectiva la aprehensión de otro joven.
De 21 años, fue otro que agredió a policías con los que se enfrentó, quienes a pesar de la resistencia que ese joven opusiera terminaron arrestándolo.
Seguramente ninguno de los aprehendidos en estos incidentes permanezca privado de la libertad durante mucho tiempo, considerando que a todos les atribuyen las comisiones de delitos que no son graves y que, en varios de esos casos, no implican que se ordenen sus detenciones.
Con la Policía sola no alcanza
El contexto en que todos esos arrestos se concretaron es lo que realmente preocupa. Y no sólo le cabe responsabilidad a la Policía en evitar que situaciones así se continúen registrando. Ni en el Barrio Pedro Burgos ni en ninguno otro de Azul.
Años atrás el Encuentro Mototurístico había sido, en la zona donde habitualmente se desarrolla, escenario de hechos como los sucedidos durante este fin de semana en el sector Norte Azul. Y fue así que surgió la necesidad de mejorar las condiciones de seguridad para la realización del evento y que fue un logro para destacar haberlo conseguido.
Pero al mismo tiempo, ahora es necesario centrar la atención para que situaciones similares no se registren en otras zonas de la ciudad, tal como lo vienen sufriendo los vecinos del Barrio Pedro Burgos este año y el anterior, en ocasión de desarrollarse el encuentro de motos, cuyos organizadores son totalmente ajenos a lo que pasa y no tienen absolutamente nada que ver con ello.
Si bien la Policía interviene para controlar situaciones como las sucedidas este fin de semana, no es suficiente sólo con lo que se puede hacer desde esa fuerza.
Es necesario un enfoque más abarcador de lo que pasa para evitar más episodios como los mencionados. Y ahí, la clase política no puede mirar para otro lado. Sobre todo, cuando los habitantes de ese barrio donde estos hechos ocurrieron vienen desde hace tiempo reclamando por soluciones a todos sus problemas, que exceden a la inseguridad que los tuvo como víctimas y rehenes durante este fin de semana, que para ellos se convirtió en una verdadera pesadilla.