Alberto Fernández y Macri compartieron una misa en Luján
Ambos dirigentes fueron invitados por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Oscar Vicente Ojea, quien encabeza el oficio religioso. Junto al Gabinete del Presidente electo estuvo Roberto Lavagna.
A dos días del inicio del cambio de Gobierno, el saliente Presidente, Mauricio Macri, y el mandatario electo, Alberto Fernández, coincidieron en una misa «por la unidad y la paz» que llevó a cabo la Iglesia Católica en la Basílica de Luján en el marco del Día de la Inmaculada Concepción de María.
Ambos dirigentes fueron invitados por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Oscar Vicente Ojea, quien encabezó el oficio religioso.
Macri y Fernández estuvieron así en la celebración del día de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen acompañados por sus respectivas esposas, Juliana Awada y Fabiola Yañez. Además en el caso de Alberto Fernández estuvo acompañado por Roberto Lavagna quien secundó al futuro Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
Durante la homilía monseñor Jorge Eduardo Scheinig convocó al mandatario saliente y al entrante a ponerle fin a los «desencuentros y peleas» para «construir el país deseado».
«Gracias a Dios, estamos en otro tiempo, pero debemos hacer todo lo posible por resistir y no caer en la tentación de querer destruir al otro. En la Patria, el otro es mi hermana, es mi hermano», afirmó Scheining.
Y se refirió a la necesidad de «promover una cultura del encuentro», para «escucharnos y volver a dialogar todas las veces que sea necesario».
«Estamos agotados de tantos desencuentros y peleas. No se trata de una unidad homogénea o hegemónica, sino de una unidad necesaria para construir el país deseado y salir del laberinto en el que nos encontramos«, expresó Scheining.
Con un contundente mensaje anti grieta, la Iglesia convocó «al Pueblo de Dios y a todos los sectores sociales y políticos que deseen participar, a rezar juntos por la Patria» con ocasión del día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
Sentados en primera fila se ubicaron juntos Macri con Juliana Awada y Fernández acompañado por Fabiola Yañez, quienes siguieron con atención las palabras de monseñor Scheining.
El mandatario saliente y el entrante, si bien compartieron comunicaciones telefónicas y mensajes de Whatsapp, no se veían desde el 28 de octubre, el día posterior a la primera vuelta presidencial, cuando se encontraron en la Casa Rosada en el inicio de la transición.
En el momento de la misa, a cargo de monseñor Ojea, que invita a los feligreses a «darse la paz», Macri y Fernández primero le dieron un beso a sus parejas y luego se saludaron entre ellos.
El mensaje del obispo de Mercedes-Luján también advirtió sobre lo que la Iglesia llama «estructura de pecado» y evitar «quedar atrapados en un sistema, como en una tela araña, en el que pueden convivir sin culpa, sin cargo de conciencia, el que opta por ser deshonesto, corrupto, e inmoral y corruptor».
Y además, llamó a «cuidar a los pobres», una de las preocupaciones de la Iglesia en un país con un 35,4% de la población (según los datos oficiales del INDEC del primer semestre).
En ese sentido, destacó la convocatoria al Pacto Social con el objetivo de «lograr Políticas de Estado que perduren más allá de aquellos a los que les toque gobernar por determinado tiempo».
Entre los funcionarios del gabinete saliente, estaban presentes los ministros de Justicia, Germán Garavano; de Seguridad, Patricia Bullrich; de Hacienda, Hernán Lacunza, de Interior, Rogelio Frigerio, el canciller Jorge Faurie, el jefe de Gabinete, Marcos Peña; entre otros.
Mientras que de las figuras, que el viernes Fernández ratificó para su futura gestión, estaban Santiago Cafiero (Jefe de Gabinete), Daniel Arroyo (Desarrollo Social), Gabriel Katopodis (Obras Públicas), entre otros.
Las personas que concurrieron a la Basílica de Luján a presenciar la ceremonia llegaron a Luján en micros y se fueron concentrando contra las vallas por las que desfilaron los funcionarios y pocos metros del corralito en el que se ubicaron las autoridades.
El tema del aborto se metió en la celebración con gritos de algunos feligreses dirigidos a Fernández, luego de que su designado para Salud, Ginés González García, anunciara la restitución del protocolo para el aborto no punible.
«Alberto abortero, el aborto es un crimen», le gritaron al presidente electo.
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