Azul | Semana política: Entre el amor y el espanto

El sincericidio del concejal Gayani con su unibloque y cuestionando a la gestión municipal expresa lo que macristas azuleños no pueden decir pero lo piensan. Verticalismo al estilo PRO. Un dilema existencial: ¿el intendente Bertellys y el jefe de Gabinete Vieyra son porque Vidal quiere que sean? La modificación del pago del alumbrado público aprobada por el Concejo puede ser la cimiente para crear otro sistema tributario.

Escribe: Carlos Comparato / ([email protected])

La pregunta crucial sigue siendo la misma, que se robustece cada día, y es cómo impacta en esta ciudad el oleaje de la crisis que sumergió al país el gobierno nacional y  provincial. Cómo se sostendrá la alianza Cambiemos cuando afloran serias diferencias, que se intentan disimular, pero que resulta imposible, por ejemplo, desde el momento  que una de sus socias, Elisa Carrió, la “sostén moral” del proyecto, le pide juicio político al ministro de Justicia Germán Garavano luego de haber fijado su postura sobre la prisión preventiva a ex presidentes. No aparece claro si es sólo su idea o recorre el pensamiento del presidente Mauricio Macri. Como sea, entre un equipo económico que viene improvisando desde hace tres años con los resultados nefastos que están a la vista y una degradación de la acción política que alcanza a oficialismo y oposición, el futuro más que una albur se convierte en una melancolía.

La Justicia juega su rol medular porque ni siquiera responde a los parámetros del sistema. La azarosa investigación de todo el mecanismo de la corrupción kirchnerista puede ser un paréntesis o tener el mismo final que la escandalosa absolución del ex presidente Carlos Menem por el contrabando de armas a Croacia y Ecuador pese a haber sido condenado en dos instancias. La primera y elemental conclusión es que el umbral de la corrupción es muy alto porque hay una justicia diagramada para que funcione así, sustentada por una clase política  consecuente para cimentar sus privilegios. Hay excepciones, tanto de jueces como de políticos, pero que confirman la regla de este país empecinado en regodear su decadencia.

Etapa y ciclo  

¿Por qué el intendente Hernán Bertellys y su hombre clave de la gestión Alejandro Vieyra siguen cementados a las administraciones provincial y nacional? Hay una etapa de la gestión municipal que concluyó y eso la obliga a amucharse en María Eugenia Vidal y Macri sin matices. ¿Que haya concluido una etapa significa que se terminó el ciclo? Resultaría aventurado afirmarlo por la propia dinámica de los hechos y porque aún le queda soga al Intendente ya que continúa teniendo el manejo de la agenda. Enfrente, los “brotes verdes” aún no alcanzan a tomar forma.

Una es la mirada desde afuera y otra desde adentro. La decisión del concejal Roberto Gayani de armar un unibloque con el sello puro del PRO es un indicio. Se animó a visibilizar lo que piensan dirigentes y militantes del macrismo sobre Bertellys, claro, cuando está lejos un micrófono. Sin embargo le siguen dando cobertura porque tiene el sostén de Vidal. No es casualidad que Vieyra, en nombre del partido vecinalista que se armó como estructura política para poder jugar dentro de Cambiemos, haya señalado al delegado regional del PAMI, Ramiro Ortiz como el referente del PRO. Apelando a la memoria, cuando el Jefe Comunal se mimetizó con el oficialismo, los principales referentes macristas de Azul se enteraron por los medios.

Ser o no ser    

Gayani, con su particular estilo por fuera de los cánones tradicionales, cometió un sincericidio. No sólo se convirtió en una suerte de álter ego macrista sino que definió su apoyo a un posible postulante a la intendencia: Alejandro Irigoyen. Como ya ha trascendido, éste junto a Omar Duclós y referentes de diversos partidos están intentando armar un frente opositor pero, por encima de ese sello, el trasfondo es cómo un sector político de esta ciudad procura recuperar terreno. ¿Ese será el escenario de la disputa que se viene? ¿Y el peronismo que los azuleños votaron en dos elecciones consecutivas a intendente?

El dilema de Bertellys y Vieyra es si son porque Vidal quiere que sean o tienen un  proyecto político que exceda la contingencia actual. Ese sometimiento corre un alto riesgo atendiendo la crisis que atraviesa el país empujada por un gobierno que demostró una tremenda incapacidad de gestión y que sigue castigando en forma severa a gran parte de la sociedad.

Crisis y oportunidad    

La ordenanza aprobada por el Concejo Deliberante para modificar la fórmula del pago del alumbrado público resulta un primer paso para empezar a crear un nuevo sistema tributario municipal que hoy es injusto, obsoleto y contribuye al déficit estructural. Por encima de las diferencias que surgieron en los respectivos despachos  se alcanzó un núcleo de consenso. Salió aprobado el del GEN con el apoyo de Cambiemos y el peronismo quedando en el camino el de Unidad Ciudadana. Sin embargo, desde este espacio se sembró la semilla para empezar a debatir una reformulación a fondo el esquema de recaudación de la Comuna.

El agotamiento de este modelo de Municipio debe ser el disparador para poner sobre la mesa los cambios de fondo que se necesitan. Esto se logra con un liderazgo de quien conduce y consensos de la representación política. Bertellys tiene (¿tuvo?) la gran oportunidad ya que es producto de esta crisis terminal pero su límite puede asomar, valga la paradoja, de quien lo nutre en la gestión: la alianza Cambiemos. Su futuro lo tiene atado al devenir de Macri y de Vidal y nadie en esta Argentina, de futuro melancólico, está en condiciones de aventurar qué sucederá mañana.

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