Libros / Por Carlos Verucchi: “Ya No Será”

idea vilariño
Idea Vilariño (1920-2009), fue una de las exponentes más destacadas de la literatura uruguaya del siglo pasado.

Por Carlos Verucchi especial “En Línea Noticias”
Uno es uno y las circunstancias asegura Ortega y Gasset, y difícilmente podría hallarse un postulado filosófico más afín a la vida de Idea Vilariño. Siendo muy pequeña, su padre le recitaba poemas de Calderón de la Barca, Góngora y Quevedo. Antes de aprender a leer ya era capaz de construir sus propios sonetos con una sumisión respetuosa a la rima y métrica convencionales.
A nadie debe haber sorprendido que a los diecisiete años ya escribiera sus primeros poemas. Hablamos del Uruguay, claro, y de una poeta que arrancaría a toda una generación de escritores, la generación del ’45, de la literatura “provinciana” que cultivaban sus antecesores.
Una noche calurosa de verano conoció en un bar de Montevideo a Juan Carlos Onetti. Sus vidas quedaron enredadas para siempre.

Tuvieron un amorío breve y prolongado al mismo tiempo, estuvieron juntos sólo nueve noches en el término de once años. Después se siguieron escribiendo, lastimándose mutuamente, reprochándose la incapacidad para arriesgarse, para dejarlo todo por el otro.
Cuando por fin Vilariño le hizo una proposición definitiva, Onetti se disculpó por no poder seguirla, “tengo que ir a Buenos Aires para casarme”, le respondió con esmerado sarcasmo.
Vilariño entonces buscó venganza en lo único que sabía hacer: escribir poemas. Tal vez se le haya ido la mano, completó un libro que llamó “Poemas de amor” y publicó en 1957 con la correspondiente y despechada dedicatoria a su amor imposible. Es probable que el poema más recordado sea aquel que dice:

 

Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Yo no soy más que yo
para siempre y tú
ya no serás para mí
más que tú.
Ya no estás
en un día futuro
No sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.

Después vinieron otros libros que la elevaron a la categoría de referente de la generación del ’45, la generación de Mario Benedetti entre otros. El crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal llegó a afirmar que “algún día seremos recordados como los contemporáneos de Idea Vilariño”.
Cuando Onetti enfermó, Idea fue a visitarlo al hospital. Dotty, esposa del autor de “Juntacadáveres” y “El astillero”, aceptó que lo viera a solas, sabía que habían sido amantes. “Somos dos monstruos” dijo la Vilariño tiempo después cuando la consultaron sobre sus apasionados y contingentes encuentros.
Entre tantos rencores y odios, una editorial española ofreció a Vilariño la reedición de sus “Poemas de amor”. La poeta revisó cuidadosamente cada verso y antes del final sintió, no sin cierto estremecimiento, que tal vez había encontrado, de pura casualidad, el argumento de su demorada venganza. Esa segunda edición ya no tuvo dedicatoria. Dicen que entonces sí, Onetti se sintió ofendido.

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