Rescatándonos
Escribe Angélica Diez.

El 24 de septiembre celebraremos la fiesta litúrgica de Nuestra Señora de la Merced, Madre de Misericordia y Consuelo de los afligidos. El título mariano la Mercedse remonta a la fundación de la Orden religiosa de los Mercedarios el 10 de agosto de 1218, en Barcelona, España. San Pedro Nolasco, inspirado por la Santísima Virgen es quien funda esta Orden.Su misión particular era la misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes. Muchos miembros de la orden canjearon sus vidas por la de presos y esclavos con el deseo de ser “los caballeros” de la Virgen María al servicio de su obra redentora.
En este 2020 tenemos necesidad de ser rescatados por una Madre que es Consuelo de los afligidos. A ella le presentamos nuestros innumerables clamores, sabiendo que, como atendió en otro tiempo a los cautivos cristianos librándolos de las cadenas de la opresión, nos libre hoy a nosotros, de nuestro egoísmo y sus cadenas
de la indiferencia y de la desesperanza que nos asedian en este tiempo de pandemia. Ella que es Madre de Misericordia nos sostenga en esta prueba, que podamos aprender de lo que está pasando. “Aprovechemos esta prueba como una oportunidad para preparar el mañana de todos. Porque sin una visión de conjunto nadie tendrá futuro. Esta pandemia nos recuerda que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren: todos somos frágiles, iguales y valiosos. Es tiempo de eliminar las desigualdades, de reparar la injusticia que mina de raíz la salud de toda la humanidad”. (Papa Francisco).
Y también tenemos necesidad de recuperar la figura del Padre Misericordioso. “En la vida avanzamos a tientas, como un niño que empieza a caminar, pero se cae, y se cae una y otra vez, pero siempre está listo el papá, que lo levanta de nuevo, esa mano que “siempre nos levanta es la misericordia”. Dios sabe que sin misericordia nos quedamos tirados en el suelo, que para caminar necesitamos que vuelvan a ponernos en pie, la humanidad necesita volver a ponerse de pie”. (Papa Francisco).
En este recuperar la figura de la Madre que consuela y del Padre que nos levanta de nuestras caídas estamos celebramos el rescate visible que sucede a nuestro alrededor en gestos de solidaridad y entrega de quienes cumplen un servicio y ponen en él lo mejor de sí . Ellos y nosotros nos vamos rescatando mutuamente en lo cotidiano ayudándonos a llevar esta situación con esperanza.
(*)Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe – Olavarría -.
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