La Tecnología de los Alimentos fue declarada de interés público

Buenas noticias para la carrera de la FIO.

Cuando una profesión tiene un alcance tal que incide sobre la vida y la integridad de las personas, el Estado tiene una herramienta para sofisticar las evaluaciones sobre el trayecto académico y profesional, que es declararlas de interés público nacional e incorporarlas al artículo Nº 43 de la Ley de Educación Superior.

Esto fue lo que ocurrió recientemente con las carreras de Tecnología y Ciencias de los Alimentos, donde la Facultad de Ingeniería de la UNICEN tuvo un rol activo. Y se traduce en un control sobre contenidos curriculares básicos y la formación a través de la acreditación periódica que efectúa la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), además del establecimiento de las actividades profesionales reservadas exclusivamente para profesionales de esta disciplina.

Realmente es una buena noticia para las 9 Universidades nacionales que dictan carreras de esta disciplina. Si bien una de las tareas del Licenciado en ciencia y tecnología de los alimentos es dirigir y realizar actividades de investigación y desarrollo para la formulación de productos alimenticios inocuos, su tarea finaliza en el momento que alguien lo consume (a partir de allí la órbita pasa a ser médica). Los impulsores de esta iniciativa entienden que hay una pertinencia en tener a componentes alimenticios y sus interacciones como objeto de estudio, pero que también contempla análisis de incidencias diversas en la población, el desarrollo productivo y hasta en la economía de una región.

El recorrido para que la Tecnología en Alimentos sea declarada de interés público comenzó en el 2016. Ese fue el año en el que comenzaron a trabajar representantes de las Universidades de Buenos Aires, La Plata, Mar del Plata, Lanús, San Luis, Rosario, Comahue y UNICEN. Luego se sumó Hurlingham.

Mejores estándares

“Empezamos a trabajar en cuáles eran aquellos aspectos en común”, explicó la ingeniera Isabel Riccobene, directora del departamento de Ingeniería Química y Tecnología de los Alimentos. “En nuestro caso, llevando la experiencia de tener una homogeneización curricular con las ingenierías, donde en muchos aspectos la FIO ha hecho punta sobre eso”, señaló, y sostuvo que en la comisión de trabajo UNICEN estuvo acompañada por docentes de Azul y Tandil, ya que la carrera se dicta también en las sedes vecinas.

Ingeniera Isabel Riccobene, directora del departamento de Ingeniería Química y Tecnología de los Alimentos

Esta comisión trabajó en una fundamentación que fue la base para el pedido de declaración de interés público, con un extenso recorrido que involucró al Consejo Interuniversitario Nacional y el Consejo de Universidades. La acreditación y evaluación por CONEAU del diseño curricular, la planta docente, la delimitación de las actividades reservadas, en definitiva, estas certificaciones de calidad apuntan a fortalecer la calidad del sistema universitario argentino. “Al constituir estos grupos de carreras también favorecemos el crecimiento de unos y otros, porque nos juntamos a reevaluar, a pensar los estándares y tenemos la posibilidad de resaltar los aspectos críticos de la carrera”, definió Riccobene.

De todas maneras, cada Universidad tiene una impronta propia. Sin ir más lejos, en el caso de la UNICEN, las tres sedes donde se dicta la Licenciatura en Tecnología de los Alimentos (Facultades de Ingeniería, Agronomía y de Ciencias Veterinarias) tienen un marcado recorrido en Olavarría apuntado a la industrialización de alimentos de origen vegetal, en el caso de Azul a la producción de materias primas de origen vegetal y en Tandil a la tecnología de los alimentos de origen animal.

Y en este sentido, no son pocas las oportunidades de trabajo que existen sobre todo en lo local, ya que Olavarría cuenta con las fortalezas necesarias para desarrollar un polo alimentario e industrial en virtud de ser una zona agrícola ganadera. “Hoy tenemos profesionales en empresas, plantas de producción, laboratorios, y continuamente repensamos el alcance y el perfil”, sostuvo Riccobene. “Esto también involucra a la formación de los estudiantes para pensarse por fuera de la relación de dependencia y potenciar el aspecto emprendedor, donde la FIO cuenta con una ventaja que es el Centro de Desarrollo Emprendedor e Innovación”, agregó. Sin dudas se trata de una carrera donde concluyen varias disciplinas, y el hecho de que ahora sea de interés público no hace más que reforzar la continua búsqueda de mejores y altas exigencias, para una educación de más calidad pero también de seguridad para la población.

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