Cuchillos, mundial y un especialista que cuenta sobre esta tradición argentina


No hay gaucho sin cuchillo y no hay forma de hablar de la fabricación de cuchillos sin pensar en Tandil. La historia viene de varias décadas atrás cuando los picapedreros precisaban metales muy duros para su trabajo en las canteras. De ellos se conocen las técnicas de forja tradicionales en caliente y la forja martillada, lo que le confería a los cuchillos una mayor resistencia y flexibilidad.

Dicen que la primera cuchillería fue La Movediza, de la cual quedan pocos recuerdos. Su dueño era Carlos Allende, el mismo que creó el monumento a Fugl, uno de los primeros inmigrantes llegados a la ciudad, quien instaló aquel negocio junto a su hermano. La historia puede leerse en un libro que escribió con muy pocos datos “El loquito de los cuchillos”, el hoy octogenario Aldo Pedro Manzur, también llamado “manos de cuchillo”. Enseñado por el propio Allende, Manzur es uno de los maestros de la cuchillería artesanal tandilense, quien siempre soñó con que Tandil fuera la capital de la cuchillería del país.

Y es posible que logre su sueño ya que en diciembre de este año, en el marco de la feria Flama, se realizará la segunda edición de Afilada, el evento de cuchillería de Tandil -del 1 al 3 de diciembre-  y el próximo año la ciudad será la sede del mundial de cuchillería.

Sergio Lazarte es hoy uno de los más importantes fabricantes de cuchillos de las sierras. No sólo produce como lo hicieron su tío, su abuelo y su padre, sino que vende una gran colección en su local, donde también se pueden encontrar artesanías de las más finas de todo el país.

“Al principio comprábamos la hoja en las fábricas históricas de metal locales como  Juca, Atahualpa,  Bima.  El cuchillo se encababa y se ensamblaba y salía a la venta de forma muy artesanal. No existía el rubro de la cuchillería que se puede decir que comenzó hace unos 20 años. El artesano de la Provincia de Buenos Aires trabaja con una alta calidad. En platería, ropa de campo, tejidos, pulidos, sogas, son muy buenos, los artistas bonaerenses se destacan por sobre otros del país y eso se aprecia cuando uno va a una exposición y puede comparar los trabajos. La historia inicia con los picapedreros, quienes exigían un acero o un metal muy fuerte y, hace 40 años atrás, fabricaban las hojas por calentamiento y golpe por la forja. Se iba dando la línea al terminar. La herramienta se utilizaba para múltiples cosas, incluso cortar alguno de los alambres más duros como el San Martín. El cuchillo famoso de Tandil era el de los aceros templados, ahora se utilizan otros procesos porque los costos de aquellas piezas hoy serían muy altos y no se podría competir. Ese formato de fabricación fue quedando en el camino y empezaron a importarse hojas inoxidables que no se ponen negran y con esa virtud los cuchilleros locales comenzaron a acaparar el mercado y tuvimos que empezar a mirar más desde el lado del artesano del cabo, del cuchillo con maderas finas, hueso de ciervo, alpaca, aspa de vaca con incrustaciones, trenzados con cuero con un encabando perfecto”, cuenta Lazarte.

En las colecciones de Tandil se pueden comprar cuchillos desde $1200 a $200.000. La variedad es enorme, pero en el precio va la calidad de cada pieza que se utiliza para armarlo. Además, hay un modelo para cada utilidad. Los cuchilleros eligen sus materiales utilizando aceros de alta aleación, resistentes, duraderos y afilables una y otra vez.  A eso le suman la belleza estética en la hoja y los mangos creando piezas personalizadas que llevan el estigma de cada autor dejando piezas de colección.

La industria se organiza

Autoridades municipales, representantes de instituciones y productores mantuvieron un nuevo encuentro de trabajo para continuar con un plan de desarrollo de la industria de la cuchillería, una de las más tradicionales de la ciudad.

La Secretaria de Desarrollo Productivo y Relaciones Internacionales, Marcela Petrantonio, tiene muy claro la meta de transformar a Tandil en la Capital de la Cuchillería argentina. “Trabajamos en conjunto con instituciones y miembros de esta tradicional e importante industria tandilense para consolidar su desarrollo y posicionamiento regional, nacional e internacional. En poco tiempo tendremos la segunda edición de Afilada, que impulsa el clúster cuchillero, que integran quienes hacen hojas, encabado, piedras de afilar y sogueros entre otros rubros y que hacen al cuchillo como producto final. Ya tenemos la presencia confirmada de 11 cuchilleros de elite”, explicó.

Petrantonio contó que “los integrantes de la delegación tandilense que viajo a Thiers, en Francia, hace unos meses atrás, hicieron una devolución con los resultados y compartimos el plan de acción acordado con el grupo inicial que viene trabajando hace un año, con el acompañamiento del Municipio, APYMET e INTI, para posicionar al cuchillo de Tandil tanto a nivel nacional como internacional”.

La cuchillería es una actividad histórica en Tandil vinculada al surgimiento de la industria metalúrgica a principios del siglo XX y que tuvo su boom luego de la Segunda Guerra Mundial cuando comenzaron a abrir una serie de fábricas en la ciudad. Esto sumado al desarrollo del sector con el devenir de los años ha hecho de los cuchillos un producto que hace a la identidad de Tandil.

El plan de acción actual tiene diferentes ejes y líneas de trabajo, entre las que se destacan creación de un protocolo de calidad; el trabajo en mercados de proximidad como ferias y festivales populares a nivel local, provincial y nacional, la generación de espacios de capacitación, la organización de “Afilada”, la cooperación con Thiers, el Encuentro mundial de cuchillería Tandil 2024 y la puesta en marcha de un programa de comunicación.

La funcionaria recordó que está abierta la convocatoria a los artesanos/as que confeccionen cuchillos 100% tandileros, incluyendo sogueros, plateros, encabadores y coleccionistas para participar de todos estos encuentros.

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