Planificación urbana pensando en la ciudad del futuro

Por Sergio Aranzabal

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Todo lo que se puede planificar no sólo permite evitar problemas; sino además nos da la posibilidad de conducir el Desarrollo Urbanístico hacia un objetivo deseado.  El debate sobre la urbanización de la ciudad es una cuestión que la política suele esquivar, porque también planificar significa abrir la participación a instituciones profesionales intermedias como el Colegio de Técnicos, de Arquitectos, Ingenieros, Maestros Mayores de Obra, la Universidad, Coopelectric, Camuzzi y también a los vecinos a través de sus entidades vecinales o Sociedades de Fomento o Clubes. Superada esta instancia y acordada su reglamentación, viene el tiempo de supervisar que los compromisos se cumplan para que el Plan pueda alcanzar el resultado previsto. “Lo que no se mide no se conoce, lo que no se conoce no se mejora”.

En Olavarría como muchas otras ciudades del país, las construcciones suceden sin contemplar numerosas variables de impacto ambiental que a los constructores o inversores inmobiliarios no les interesa o no les corresponde tener en cuenta. Las consecuencias derivadas de las obras o la nueva infraestructura afecta a toda la ciudad, al barrio, a los vecinos, a los prestadores de los servicios públicos, a la seguridad. Si estas cuestiones no están reguladas y no se controla su cumplimiento, el costo lo pagan los vecinos y luego toda la cadena de instituciones prestadoras de los servicios públicos a la sociedad. Hay zonas que sin previo estudio de impacto ambiental, como sucede donde funciona la sede de la facultad de medicina de la UNICEN, han potenciado el negocio de los alquileres a estudiantes universitarios. Esto se ha traducido en que cada terreno o vivienda que se vende, se destine a la construcción de edificios con departamentos de un dormitorio acorde a las necesidades de alojamiento que ocasiona la facultad. Ocurre que al no existir normas que regulen o limiten situaciones como la descripta, todo está permitido con tal de que construyan. La concentración de edificaciones en altura en una misma zona, no sólo incrementa el número de habitantes, afecta los estacionamientos, el ruido, el transporte, la iluminación natural, también se incrementa la demanda de energía, cloacas, y la instalación de bombas para compensar la baja en la presión de la red de agua por el incremento de las bocas de consumo.

Las obras son importantes para los políticos y muchas veces dejar hacer es una forma de no ocuparse de conducirlas y reglamentarlas de manera que el beneficio sea para todos. Algunos bloques en el Concejo Deliberante se están ocupando del tema y reconocen que la reglamentación existente esta desactualizada y necesitan trabajar desde la política para adecuarla a los tiempos que estamos viviendo pensando en el futuro.

Hace unos días la legislatura de CABA en Buenos Aires aprobó la modificación al Código Urbanístico (CUR) de manera participativa con diversos actores institucionales y los vecinos de la ciudad. En Olavarría ya es tiempo de avanzar en construir consensos para concretar proyectos que deben trascender los partidos políticos pensando en la ciudad y en los vecinos. Ojala lo hagan, ojala puedan y se pongan de acuerdo. La ciudad y los olavarrienses lo necesitamos y merecemos contar con un “Proyecto de Planificación Urbana Sustentable y con Futuro”.

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